Cazar al cazador

miércoles, 6 de marzo de 2013

Una vez vi a un gato cazar a un ratón, era un pulpero... el gato primero jugó con el, le hizo creer que podría escapar, le dio esperanzas, lo dejó correr y le saltó de un lado al otro, hizo eso varias veces, lo arrinconó, lo hizo correr en medio de sus dos patas y hasta lo lamió, parecía que solo jugaba con el y eran grandes amigos. La gente reía y gozaba al ver el cariño del gato hacia su nueva amistad, eran rostros deformes y risas ingenuas, mi rostro también se deformó y mostró esa mueca que llaman sonrisa pero en mi caso fue por que sabía lo que sucedería, el ratón siempre lo supo. Al final el gato se cansó de jugar, la naturaleza del depredador apareció, la lógica evolutiva se hizo presente, los que nacieron para ser víctimas y presas de sus depredadores nunca lograrán escapar si se encuentran cara a cara con su destino. Fue tan rápido que ni siquiera vi lo que sucedió, unos segundos después solo logré ver un rastro de sangre y el cuerpo sin cabeza del ratón y al gato recostado en el piso mostrando la panza ante la gente para que se la acaricien, se regocijaba en su crueldad, se lamía las patas salpicadas de sangre, disfrutaba con su obra, verdaderamente gozaba... El cuerpo del ratón quedó allí sin vida en un charquito de sangre, el gato no se lo comió, ni siquiera tenía hambre, su único placer fue cazarlo, nada mas.