Capitalismo, plusvalía, goce y plus de goce lacaniano

miércoles, 7 de agosto de 2013

Una crítica al "hiper optimismo" austrolibertario del mercado salarial:

¿Qué es la plusvalía o plusvalor?

Plusvalor o plusvalía es el valor que el trabajo no remunerado al trabajador asalariado crea por encima del valor de su fuerza de trabajo y que se apropia gratuitamente el capitalista. Es la forma específica que adquiere el plusproducto bajo el modo de producción capitalista y forma la base de la acumulación capitalista.

Este concepto fue creado por Karl Marx a partir de la crítica a los economistas clásicos precedentes como Adam Smith, David Ricardo, Rodbertus, etc. que ya la habían enunciado pero no definido formalmente (Plusvalor).

En su lectura de Marx, Lacan nos plantea que quien inventó el concepto de síntoma, quien descifra de su lectura del universo capitalista el concepto de plusvalía, quien despeja el fetichismo de la mercancía y la problemática de la lucha de clases, puede ser ubicado como un clínico de la política. El concepto de plusvalía le permite a Lacan encontrar el plus de goce en Freud e inventar ese objeto llamado a. Marx, Freud, Lacan, inventaron significantes nuevos que han modificado la realidad, permitiendo -simultáneamente- releer y descifrar tanto la historia de la sociedad como la historia subjetiva.

Si para Marx la historia es la historia de la lucha de clases es porque opera en ella un instrumento fundamental: la plusvalía, que le permite descentrar la historia oficial, habitualmente escrita por representantes de la clase dominante. En forma homóloga la historia del sujeto para el psicoanálisis es la historia de lo reprimido donde se subvierte el lugar dominante del yo, del individuo, en un movimiento donde se ubica otra escena en la que el sujeto aparece dividido y determinado, y desde donde puede ser descifrado.

Si entendemos el mercado como el lugar del intercambio de las mercancías observamos que hay un individuo que tiene el capital y otro que sólo tiene su fuerza de trabajo; el capitalista la compra y utiliza en su empresa o fábrica. La fuerza de trabajo es una mercancía muy particular porque su uso produce un valor: valor de cambio. Es una mercancía que produce más mercancía. El capitalista entrega un salario por esa compra que es siempre menor al valor que la fuerza de trabajo produce. Ese valor en más que no se paga es el plusvalor, la plusvalía marxista, resorte fundamental del discurso capitalista, causa del deseo de la cual una economía hace su principio, dirá Lacan.

Si el capitalista pagara un salario equivalente al valor que el obrero produce no habría plus, ni obrero, ni capitalista, ni lucha de clases (Notas sobre el plus de goce y la plusvalía marxista).

Lo voy a explicar fácilmente con un ejemplo:

Yo creo una empresa para producir x producto, como estoy rodeado de un círculo social de gran poder adquisitivo, puedo vender el producto a un alto precio, digamos que puedo ganar un millón de dólares mensuales (ejemplo exagerado), pero necesito alguien que lo trabaje, para eso contrato un empleado y le pago un dólar diario (ejemplo no tan exagerado), el por sus propios medios no podría jamás lograr ganar lo mismo que yo porque no está bien relacionado y no sabría como vender su producto, yo en cambio si pero no tengo porque decírselo (know how).

Mi empleado, con un dólar diario comprará piltrafa para alimentarse junto a cinco miembros mas de su familia, pero para mi esa información me es irrelevante. El liberalismo austriaco siempre ensalza el valor del contrato voluntario, para los austrolibertarios ninguna remuneración monetaria es mala, hay un compromiso de por medio y un pacto de caballeros, al empleado le es útil el dólar y a mi como empleador me es útil su trabajo, pare de contar. La plusvalía que en este caso ganaría como empleador sería de 999.970 dólares mensuales, habría que descontar también el costo del producto y gastos operacionales, sin embargo para el ejemplo se entiende bien.

¿Qué dice el liberalismo austriaco?, que la plusvalía del empleador tiende a disminuir en función de un mejor salario a sus empleados, por una cuestión de conveniencia lógica capitalista, explico:

Juanito, mi empleado, se ha destacado como un excelente empleado, trabajador, cumplidor y por sobre todo conocedor del medio, la capacitación que posee es única con respecto a otros potenciales empleados, esa capacitación obtenida se traduce en gastos operacionales, por lo que saldría siempre mas económico aumentarle el sueldo y evitar que se consiga otro trabajo con mejor salario, a contratar un nuevo empleado y capacitarlo desde cero.

Desde esa lógica todo tiene sentido, el capitalismo es un paraíso, los sueldos tendrían la tendencia a subir por siempre, no habrían pobres y todos obtendrían un aumento de sueldo proporcional a la competencia en el mercado, pero el sistema falla, ¿Dónde?, pues en el goce.

Rockefeller (nombre ficticio), miembro del mismo círculo social que yo, se da cuenta que estoy ganando mucho dinero, averigua como y descubre que lo que hago no me representa ningún esfuerzo y que incluso el puede ganar mas dinero porque está mucho mejor relacionado, pero se da cuenta que poseo algo que el no, y es a Juanito, que hace todo el trabajo.

Rockefeller comienza a convencer a Juanito de que sea su empleado y le ofrece 2 dólares diarios por su trabajo, Juanito... por mas fiel que me sea, se da cuenta que con esos dos dólares puede darle un mejor estatus de vida a su familia, y que ya no solo le alcanzaría para comprar piltrafa si no que de vez en cuando podría comprar menudencia, así que estaría de acuerdo con cambiar de empleo.

Tengo dos opciones: o dejar que Juanito se vaya y quedarme sin ganancias durante mucho tiempo hasta que capacite a otro trabajador o subirle el sueldo a tres dólares diarios para retenerlo, el liberalismo austriaco asegura que mi decisión lógica e inevitable sería subirle el sueldo, y que esa decisión la tomarían todas las empresas capitalistas, pero no cuentan con algo… nuevamente con el goce.

¿Que son el principio de placer y el principio de realidad?

Principio de placer: uno de los dos principios que, según Freud, rigen el funcionamiento mental: el conjunto de la actividad psíquica tiene por finalidad evitar el displacer y procurar el placer. Dado que el displacer va ligado al aumento de las cantidades de excitación, y el placer a la disminución de las mismas, el principio de placer constituye un principio económico.

Principio de realidad: uno de los dos principios que, según Freud, rigen el funcionamiento mental. Forma un par con el principio del placer, al cual modifica: en la medida en que logra imponerse como principio regulador, la búsqueda de la satisfacción ya no se efectúa por los caminos más cortos, sino mediante rodeos, y aplaza su resultado en función de las condiciones impuestas por el mundo exterior. Considerado desde el punto de vista económico, el principio de realidad corresponde a una transformación de la energía libre en energía ligada; desde el punto de vista tópico, caracteriza esencialmente el sistema preconsciente-consciente; desde el punto de vista dinámico, el psicoanálisis intenta basar el principio de realidad sobre cierto tipo de energía pulsional que se hallaría más especialmente al servicio del yo. (Laplanche y Pontalis: Diccionario de psicoanálisis).

¿Qué es el goce?

Diferentes relaciones con la satisfacción que un sujeto deseante y hablante puede esperar y experimentar del usufructo de un objeto deseado.

En mas allá del principio del placer Freud hace un análisis de la economía del psiquismo, en la cual, el niño siendo todo ego, exige placer inmediato, placer como satisfacción a sus necesidades fisiológicas por acción de su madre, la realidad lo frustra al darse cuenta que su madre no está en todo momento para satisfacerlo a plenitud, la realidad regula el principio del placer en la medida en que el niño aprende pacientemente a esperar su llegada.

El niño luego crece y se encuentra con la realidad de su autonomía y la necesidad de valerse por sí mismo por medio del lenguaje, ahora el no solo tiene que demandar su satisfacción si no hacerse entender, puesto que sus necesidades, según su crecimiento... son cada vez más complejas.

En relación a la dialéctica hegeliana del "Amo y el esclavo", donde el esclavo se ve obligado a trabajar para procurar objetos de goce para aquél, la madre, en primera instancia es procuradora de los objetos de goce de su cría.

Desde 1960 Lacan comienza a hacer una distinción entre goce y placer, una oposición hegeliana-kojévana entre Genus (goce) y Lust (placer) o decir que el principio de realidad formulado por Freud, funciona como una limitación al goce, el cual ordena al sujeto a gozar lo menos posible (principio de homeostasis).

Lacan habla que transgredido este límite que impone la realidad, el placer entra en un umbral de lo doloroso o decir en un goce-sufrimiento.

El goce se contrapone al placer psíquico bien logrado a través del principio de realidad el cual potencializa la sensación de placer. El goce en Lacan se relaciona a la pulsión de muerte o decir a eso de la pulsión que procura irrumpir a través del principio de realidad hacia el goce incestuoso, transgresor, hacia la "Cosa real".

En psicoanálisis la única verdad es la castración, o decir aquello que se relaciona a la prohibición perteneciente al campo simbólico. El campo simbólico en Lacan es lo inherente al lenguaje, de modo que el goce representa un forzaje por alcanzar lo real por fuera de él, algo que siendo imposible, no hace sino generar dolor, adicción, locura.

El goce, para resumir... es lo desmesurado, aquello que pretende no reconocer las limitaciones que por estructura sostiene al hablante como deseante o decir necesariamente como insatisfecho. La concepción del goce es el supuesto que este existe como ilimitado o decir que hay alguien entre nosotros al que se le supone alcanzarlo plenamente sin limitaciones, el Otro, Dios, etc.

El goce en la cultura:

Según Braunstein, la definición psicoanalítica del goce va adoptando un cariz anti-intuitivo. Entonces, a pesar de que el término es recogido del sentido común, en Lacan va adquiriendo poco a poco una significación peculiar. En el uso común goce y placer tienden a ser sinónimos pero en el psicoanálisis, los significados respectivos se diferencian: “en tanto hace del goce, ya sea un exceso intolerable del placer o una manifestación del cuerpo cercana al dolor y al sufrimiento”.

Pero es claro que la idea del goce como un exceso intolerable del placer se revela en el sentido común en expresiones como “morirse de risa”, “destornillarse de risa”; o en el caso de la sexualidad, está también la expresión francesa de la pequeña muerte para referirse al orgasmo. En el sentido común asoma pues la idea de un placer mortífero, intolerable, cuyo atravesamiento nos situaría en las puertas mismas de la locura o la muerte. O sea que la definición psicoanalítica va contra la ortodoxia del sentido común pero coincide con ciertas intuiciones que están ahí presentes. (El goce como concepto eje del psicoanálisis).

Ahora bien, explicado el goce veremos como influye en la política y la economía, para eso regresemos al ejemplo anterior: Juanito quiere irse de mi empresa porque Rockefeller le ofrece dos dólares diarios, ¿qué hago?, ¿le subo el sueldo y disminuyo mi plusvalía o dejo que se vaya y pierdo todo?, aquí viene el problema de los austrolibertarios, se quedaron estancados en las primeras nociones lógicas y económicas del principio de realidad, evidentemente me es mucho mas conveniente, dejar mi orgullo atrás, apretar bien los dientes y subirle el sueldo a Juanito a tres dólares para que no se vaya, hasta allí todo bien, pero con lo que no cuenta el austrolibertarismo es que yo soy un gozador, y mi afán de gozar transgrede los límites del principio de realidad.

Para seguir gozando, me invento un sistema para hacerme incastrable: ya no dependeré de un solo empleado, ni tampoco de su capacitación, esta vez contrataré cinco empleados pagándoles cincuenta centavos al día por un trabajo de medio tiempo y repartiré la producción entre los cinco, así mi producción no dependerá exclusivamente de la capacitación ni la función de uno solo, además los rotaré en diversas funciones (sin que lleguen a conocerlas todas) por si acaso alguno se me va, cualquier otro estará en plena capacidad de reemplazarlo. No contrataré empleados de otras empresas, así no tendré que subirles el sueldo para llevármelos, los buscaré directamente en los colegios y en las universidades, buscaré a los mejores estudiantes, los cuales ya vienen medianamente capacitados y como no tienen experiencia laboral ni compromisos, ni hijos, no protestarán si les pago cincuenta centavos diarios.

Con este sistema me blindo de perder mi empresa ya que cuento y juego con la tasa de natalidad, siempre habrán muchachos pobres y miserables de 18 años con ganas de trabajar, si alguna otra empresa se me lleva a uno de ellos, simplemente contrato a uno de los miles de postulantes que hay en el mercado. Como la producción está repartida, no me importará si se me van uno o dos, porque el resto podrá suplir a los faltantes hasta que lleguen los nuevos.

Con este sistema no tendré nunca que subir los sueldos a nadie y obtendré un plus de goce que me permitirá seguir gozando, en el peor de los casos necesitaré un capataz al que llamaré "senior" (en inglés), quien ganará un poquitín mas que el resto y se encargará de presionarlos y exigirlos al máximo, si el se me va tampoco me importará, puesto que tendré cinco postulantes mas, deseosos de ser seniors.

Gracias a este sistema inspirado en los esquemas de pirámides, las células de la abundancia y los esquemas Ponzi, me burlo del libertarismo austriaco híper optimista, de las leyes, de la moral, de la supuesta bondad humana, del colaborativismo, de los contratos voluntarios, del libre mercado, etc.

¿Porqué hago esto?, ¿esto es parte del capitalismo salvaje?, no... esta es nuestra triste realidad, es la realidad del goce y como tal inherente a la humanidad en cada estructura psíquica, de hecho el socialismo que pretende demagogicamente regular el goce también goza (discurso del amo), por la simple razón de que todos gozamos.

El capitalismo no es culpable de que los gozadores encuentren nuevas formas de gozar, el goce se abrirá camino pese a las regulaciones que se inventen, no importará que medidas se tomen, ni que modelo político o económico se imponga, siempre aparecerá el síntoma y con el sus gozadores.

Marx a su vez utiliza para hablar del capitalismo otra alegoría: la rueda de Djaggermat. Es la rueda del coche sobre la cual se paseaba la estatua de la divinidad hindú Vishou sobre la cual los creyentes se precipitaban. Marx nos habla del Djaggermat capitalista como lugar hacia donde se precipitan los niños. Evoca el trabajo infantil y cómo se reduce la edad que definiría el fin de la infancia para proseguir su explotación.

Siempre habrán muchachos jóvenes con ganas de gozar, que se dejarán gozar por su gozador, con la esperanza perversa de algún día vengarse y gozar al Otro.


Continuación y actualización:

Manipular, someter y esclavizar al "libre" mercado

Algo mas para leer: El Malestar del Otro por Mario Goldberg