El ébola, el estado y las cuarentenas

martes, 19 de agosto de 2014

Hace poco observaba las acciones de los estados en cuanto a salud pública y sus políticas para contener un brote viral:

Técnicamente si se puede evitar el contagio masivo haciendo que el virus agote todos sus reservorios de incubación, es decir... encerrar a los infectados en un perímetro con custodia militar de tal forma que nadie pueda entrar ni salir hasta que se sanen todos o se mueran todos, es una política de salud pública ampliamente utilizada y se llama "CUARENTENA".

¿Es legal?, ¿es moral?, ¿es necesaria?, una cuarentena ya se rompió y me parece por demás interesante observar el suceso:

"Al menos 17 pacientes ébola huyeron en la noche del sábado de la cuarentena a la que estaban sometidos en un hospital en un barrio pobre de la capital liberiana de Monrovia, informó hoy el diario "Front Page Africa".

La leyes solo se respetan según la conveniencia y lado en el que estamos:

¿Tiene el estado derecho a mantener encerrados y en contra de su voluntad (cuarentena) a los enfermos de ébola para que no se contagien miles de millones de personas durante el brote de la enfermedad mas grande que se ha visto jamás?.

Los sanos justificarán las acciones del estado con tal de precautelar la vida de millones.

Pero... del otro lado:

1.- Un enfermo de ébola dirá que el estado no tiene derecho a mantenerlo cautivo y que están atentando contra sus derechos humanos e individuales.

2.- Un enfermo de ébola que ve como el y su familia viven encerrados en una cárcel que los militares llaman cuarentena, donde pasan hambre, deficiencias sanitarias y hasta sufren la amenaza del canibalismo de otros enfermos, seguramente buscará violar la ley o huir con su familia en la menor oportunidad sin importarme el bienestar del resto porque solo buscará el bienestar de su familia.

Conclusión:

La línea que separa a los malos hombres de los buenos es muy delgada, tan inexistente como la bondad o maldad ya que solo existen las pulsiones y la necesidad de su satisfacción inmediata, el resto es mentira, juego, actuación, acuerdos frágiles que se rompen en momentos de emergencia y catástrofes.