Diagnóstico basado en discriminaciones y odio

jueves, 1 de diciembre de 2016

Psicóloga X: ¿Cómo pudiste hacerlo?, he estado seis meses en tratamiento con ella, le hice mil test a esa muchacha y nunca detecté que estaba metida en drogas, habla 20 minutos contigo... te lo confiesa y para colmo te pide ayuda para ser internada.

Yo: Ese es tu problema, te dedicas a escuchar los test y no a tus pacientes.

Psicóloga X: ¿Pero cómo lograste detectarlo en tan poco tiempo?, dame el secreto.

Yo: Escuchar... haber vivido lo suficiente, quizá demasiado. Solo la confronté mirándola directamente a los ojos, no vale preguntárselo si no hacerle saber que lo sabes y que no puede engañarte. Es como cortar y dejar sangrar al síntoma, es como hacer una cirugía con la palabra.

Psicóloga X: Pero... ¿Qué fue lo que te hizo darte cuenta?, cuéntame.

Yo: Fue sencillo, por lo general, estas personas "lights" y "open minded" que odian los juicios de los demás, tienen algo que esconder porque es verdad que "quien nada debe, nada teme", suena burdo pero es así, si eres de los que mucho te molesta el juicio y las habladurías de los demás es porque tienes una doble vida, siendo mujer, joven y no teniendo historial familiar de enfermedades mentales, podían ser las drogas, el lesbianismo o la putería, fue solo cuestión de descartar probabilidades.

Psicóloga X: ¿Me quieres decir que detectaste un cuadro de adicción basado en discriminaciones y odio?.

Yo: Si lo quieres decir así... me suena incluso mejor.

Psicóloga X: Eres un monstruo prejuicioso, deberían denunciarte.

Yo: Los juicios previos son necesarios, estudiamos para tener "prejuicios acertados", gracias a ellos puedo detectar a un psicótico haciéndolo hablar de sus creencias religiosas, a un adicto haciéndolo hablar de sus duelos, mirándolo directamente a los ojos y viendo los tics de su rostro, a un obsesivo haciéndolo hablar del amor, a un histérico haciéndolo hablar de su sexualidad, a un fóbico haciéndolo hablar de sus fortalezas, a un perverso haciéndolo hablar de sus ambiciones. Te recomiendo que comiences a establecer ciertos patrones personales para diagnosticar.

Piscóloga X: No necesito tus consejos... imbécil.

Yo: Gracias por llamarme, vuélvelo a hacer cuando me necesites.

Piscóloga X: Detestaría tener que volver a hacerlo.

Yo: Pero lo harás... siempre lo haces, hasta pronto.


Fue cuestión de minutos, aun recuerdo la expresión de su rostro... cuando estuve totalmente seguro, a propósito desvié el tema de la entrevista a algo sumamente trivial para que se sienta muy segura y así lograr que el efecto sea mucho mas fuerte y chocante, luego... de la nada le pregunté, cambiándole el tema por completo: "desde hace cuanto tiempo consumes drogas", "¿qué?" -me preguntó-, "lo que oíste" -le respondí-, luego esa expresión de su rostro, abrió la boca y respiró profundamente por ella, miró de un lado a otro mientras intentaba reírse pero estaba tan confundida que no sabía si reírse o molestarse ante la sensación de humillación por sentirse descubierta, "¿Quién carajos te crees que eres?" -me preguntó-, "¿estás segura que quieres intentar engañarme?" -le respondí-, y nuevamente abrió la boca y respiró por ella agitadamente moviendo la cabeza de un lado a otro mientas sorprendida y asustada pestañeaba apresuradamente, esta vez si se sentía ofendida, sentí como me miró con verdadero odio, yo solo me quedé callado y la miré profunda y directamente a los ojos, tenía los ojos verdes, nos quedamos así unos segundos, no moví ni un solo músculo de mi rostro y acto seguido sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

"Si eres de los que mucho te molesta el juicio y las habladurías de los demás, es porque tienes una doble vida".