Ya solo el sexo importa - Adicciones

miércoles, 9 de abril de 2014

Estamos sujetos... a esta vida, a estos cuerpos, a ver el objeto a través de la burbuja de nuestro psiquismo y la imperfección de nuestros sentidos, a nuestra mortalidad, pero eso no es lo peor, además estamos condenados, a gozar, a enfermarnos, a envejecer y a morir.

¿Que trascendentalidad puede haber en quienes están condenados a la finitud?, ninguna... la condena es irrevocable y me hace pensar que la única razón por la que no me suicido es por que soy un adicto, solo mis ansias de gozar me mantienen con vida por que soy un perverso y un gozador.

Condenado a la muerte como todos, ¿que seriedad le puedo poner a esto?, ninguna... no existe nada que importe tanto como el final que está por venir y ante esto, no existe nada que lo pueda impedir, ¿porque entonces no dedicarme a disfrutar de mis adicciones?, si mi final, como el de todos está cerca, quizá mas cerca de lo que me imagino.

Una visión cruda y cruel de esta realidad me hace ver que nada merece mi absoluta atención y dedicación peor mi preocupación, solo el escape momentáneo que un orgasmo me puede ofrecer, libera mis neurosis y me aleja de toda carencia... momentaneamente y por escasos ocho segundos.

El hedonismo va mucho mas allá a una salida fácil, es aceptar la condena, es rendirse y entender que nada de mi trascenderá lo suficiente como para ser recordado, aun peor olvidado quizá después de ser leído o incluso después de ser amado.

Las adicciones son... mas allá de una enfermedad, la expresión humana de aceptar la condena, ¿obligar al adicto a vivir una mentira?, ¿la esperanza de una vida eterna?, ¿encerrarlos para sanarlos?, ¿curarlos?, ¿eliminar el Symptôme, la muletilla que les permite soportar el engaño?.

¿Quién en su sano juicio compite en una carrera que va a perder?, ¿quién que se jacte de cuerdo se esfuerza y lo da todo para perder?, solo un loco o un tonto lo haría... y esa es la razón por la que no existe ni cordura ni coherencia en la humanidad, solo existe la neurosis y todos tenemos algo de esa divina locura que nos permite negar la realidad y el final, esta demencia en cierta forma es necesaria para no caer en depresión y suicidarnos en masa, pero la realidad está siempre allí, acosando... esperando.

La pulsión de muerte al final vencerá, solo nos da tiempo y... ¿la felicidad?, ese negar nuestro final y la cercanía de la muerte nos hace sentir vivos y felices, y de eso justamente se trata el gozar = placer + muerte

Aquel suicida que se quiere ir, ¿por qué impedírselo?, aquel que muere día a día, ¿por que negarle un final digno?, ¿por qué obligarlo a seguir sufriendo?, nunca encontró su forma de gozar y eso debió haber sido aun mas doloroso que estar vivo. Que se vaya pues... que nos deje, igual todos seguiremos su camino, solo que el se irá antes.

Tú desconocido, ¿te quieres suicidar?, buen viaje... igual todos moriremos.

Fatuos, superfluos y baladíes... verdaderos "sabios de la inconsciencia", ellos entendieron la verdad antes que nosotros y rendidos, esperan su final como el de cualquiera, gozando y esperando el desenlace.

Lejos de otras adicciones de mi pasado y habiendo pasado por muchas... mi pulsión epistemofílica (pulsión de saber) ligada hasta lo que dure mi vida de ese gozar de la verdad, alimentaría y fomentaría mi visión cruda y cruel de la realidad, siendo así entonces hoy solo el sexo me importa, ya nada me puede ser mas importante que eso.

"Gozar de la verdad, este es el verdadero objetivo de la pulsión epistemofílica, en la que fuga y se desvanece a la vez todo saber", (Jacques Lacan).

Ciencia... nos queda quizá solo la ciencia como vana esperanza, dependemos entonces de quienes desafían a la muerte y a Dios, mientras tanto... a gozar, por ahora nada es mas importante que eso.