Para contradecir a aquellos que aseguran que soy un monstruo malvado y decadente, absolutamente destructivo e incapaz de sentir nada bueno por nadie, he escrito algo donde les quedará claro que solo tengo amor y buenos deseos para la humanidad:
Anhelo con que la humanidad encuentre la forma definitiva de matar y librarse de Dios, robar esa manzana del árbol de la vida eterna que nos convierta en sus pares hasta el punto de prescindir de su existencia. Que este anhelo nos fortalezca y libre de hacernos religiosos y que nunca nos rindamos ni doblemos la rodilla ante la esquizofrenia mística como forma de esclavitud y autodestrucción. Yo sueño con que la ciencia algún día encuentre la inmortalidad que nos convierta en dioses, sueño también con un futuro donde los religiosos sean rechazados por ignorantes y psicóticos, un futuro donde la ciencia impere en un mundo sin alma, sin dioses, sin espíritus.
