2014 y una nueva década perdida

miércoles, 1 de enero de 2014

La humanidad me mintió... desde mi infancia ochentera soñé tras unos gruesos lentes negros que el futuro sería fantástico, era un creyente, un soñador, tenía esa fe y esperanza que solo la ciencia puede brindar. Creí poder viajar a las estrellas, tener robots a mi mando, máquinas voladoras para transportarnos y demás cosas que me prometieron las revistas de ciencia y tecnología.

Para el 2015 ya podríamos viajar a otras galaxias a la velocidad de la luz, en el 2010 las bases en marte habrían sido algo muy común, en el 2005 los robots para realizar las labores domésticas habrían estado al alcance de todos, en el año 2000 (si no se acababa el mundo producto de psicóticas predicciones), la humanidad habría pasado sus vacaciones en enormes bases lunares.

Llegamos al 2014 y no hay nada de aquello por lo que creí valía la pena llegar a ser grande, soy adulto y esto sigue siendo la misma porquería de siempre, aun hay dos polos políticos mundiales con ideologías contrapuestas pugnando por dominarse entre si... al menos el peligro de una guerra nuclear ha disminuído bastante, la amenaza ya no proviene de un genio maligno comunista en asia si no de un muy limitado psicótico musulmán en medio oriente.

A este paso no se cumplirá la meta científica de mis revistas infantiles de llegar a la inmortalidad para el 2020 donde la humanidad lograría ese salto evolutivo que la libraría de creer y depender en dioses que guíen sus caminos, en el 2020 Dios debería morir definitivamente con la llegada de la inmortalidad y la pérdida total del miedo a la muerte. Con angustia me doy cuenta a diario que probablemente moriré, la muerte será quizá una ley que no lograré burlar por mas astucia que tenga o crea tener.

La filosofía hirió gravemente a Dios y espero que la ciencia le de la última estocada... lograr la inmortalidad sería lo único que nos libraría de el. Y pese a toda esta decepcionante realidad aun mantengo la idílica esperanza de que lo lograremos algún día.