Experiencias de pandemia, Guayaquil, enero 2022:

domingo, 23 de enero de 2022

Semanas atrás, mientras esperaba turno para que me tomen los signos vitales y me pongan en un respirador en el hospital de Guasmo (el único de todo Guayaquil que no tiene agotado el suministro de oxígeno), observaba con profundo asco a las inmensas bolsas de sangre y mierda que me acompañaban, todos con los mismos síntomas: "Sensación de asfixia y dificultad respiratoria". Sentí nauseas, quizá por el covid o por sentirme en compañía de tanta porquería malviviente y defectuosa. Caminaba lento, hablaba lento, con mis manos me agarraba el pecho que me dolía mucho y pese a mis claros signos de angustia se me robaron el turno cuatro veces, se me adelantaron de la forma mas descarada (y se supone que el monstruo Asperger sin empatía ni humanidad soy yo), así que me levanté y caminé a paso muy lento casi desmayándome, dispuesto a "ASESINAR" y morir junto al primer hijo de puta que se me cruce en mi camino... y aprovechandome de una vieja que jadeante temblaba y agonizaba en una silla de ruedas, me le robé el turno para hacerme atender (más por orgullo que por deseos de vivir, la historia de mi vida), en ese momento sentí ganas de vomitar al ver mi reflejo en una puerta de vidrio y recordé las palabras de Simon Wiesenthal: "Al holocausto solo sobrevivimos los peores" y definitivamente es así... la piedad y la compasión ya no caminan sobre esta tierra, sobrevivimos y aquí estamos vivos los peores seres humanos, la peor escoria de este planeta. Nada que agradecer... Mucho si que lamentar. #Misantropía, #HistoriasMisantrópicas #AscoPorLaHumanidad.