La felicidad y la libertad

miércoles, 11 de junio de 2014

La felicidad no existe, es solo una percepción subjetiva e imaginaria producto de un exceso de serotonina como neurotransmisor, quienes se sienten felices todo el tiempo son aquellos que poseen un desequilibrio neuroquímico o han desarrollado la habilidad para autosugestionarse psicosomáticamente como forma de negación ante la realidad, en otras palabras: saben creerse sus mentiras, vivir entre ellas y negar el futuro.

La felicidad es un concepto tan subjetivo como la libertad, luchar por "la libertad" como concepto universal es tan irracional como luchar por la felicidad, la bondad o el bien, al menos la justicia si está escrita pese a ser relativa, luchar por la justicia es un poco mas razonable aunque... ¿cual justicia?.

Una máxima de las posturas totalitarias, dictatoriales y demagógicas:

Toda ideología o creencia dictatorial, dogmática y absoluta, rechazará con visceralidad al subjetivismo-relativismo y promoverá la supuesta objetividad de su postura como verdad única y universal. Por esta razón quienes se creen defensores de la libertad, la plantearán como verdad objetiva de la cual serán sus únicos dueños y portavoces, rechazando todo aquello que los ponga en tela de duda porque les quitaría legitimidad y los dejaría sin bandera de lucha.

Cada quien tiene su propia visión estética de lo que es la libertad (progreso, bienestar, etc.), luchar por una libertad universal es solo una vana racionalización que intenta justificarse como ideal superior, siendo en realidad: "Imponer mi visión de libertad al otro".

Relativismo, subjetivismo, constructivismo, escepticismo, agnosticismo, todos enemigos naturales de las creencias absolutas objetivistas, aparte claro de los muchos otros bandos-creencias-ideologías que se sienten igualmente dueños de la verdad objetiva.

Luchar por la libertad hará felices a muchos... léase mas arriba de nuevo lo que significa la felicidad.

Esto es solo mi opinión...

El hombre no es nunca feliz, pero se pasa toda la vida corriendo en pos de algo que cree ha de hacerle feliz. Rara vez alcanza su objetivo, y cuando lo logra solamente consigue verse desilusionado, (Arthur Schopenhauer).