Las exes de mi pasado y mi orgullo masculino

sábado, 14 de noviembre de 2015

Por esas cosas de la vida (rarísimas sincronicidades jungnianas), hace unos días me encontré con una ex de hace muchos años (últimamente me he encontrado a muchas exes de pura casualidad):

Ellla: ¿Te casaste?, ¿tienes hijos?.

Yo: No, para nada.

Ella: Me lo imaginaba y se exactamente porqué.

Yo ¿Ah si?, cuenta...

Ella: Es porque, a diferencia de muchos hombres, tu si tienes dignidad, mucho orgullo, y sufres de poca paciencia para las ambivalencias emotivas femeninas, las mujeres queremos alguien que esté siempre allí aguantándonos y soportándonos, queremos "alguien que sepa perdonar", porque en el fondo sabemos que siempre vamos a necesitar que nos perdonen y tu eres de los que no saben perdonar, eres muy resentido, de emociones fuertes y definitivas, de esos pocos hombres que abandonan aunque se queden solos porque tienes demasiado ego, por esa razón te quedarás siempre solo.

Yo: Vaya... puede que tengas razón.

Ella: La tengo, siempre la tuve... y lo se porque nunca me perdonaste.

Algo dentro de mi se retorció como un dolor intenso, cambié el tema... conversamos de otra cosa, hablamos de deportes, informática y que se yo, al final me di cuenta que no debía haberla vuelto a ver, no hubiese querido escuchar lo que me dijo.

Ella me hizo recordar en ese momento una de mis frases favoritas:

"Jamás pidas perdón y jamás perdones".