El fin último del capitalismo es el monopolio y el libre mercado es una mentira

viernes, 15 de febrero de 2013

Hace tiempo llegué a la conclusión que el libre mercado y el libre comercio son una gran mentira, una ilusión, un proceso o un camino intermedio (como un acto sexual sin orgasmo), por que el fin último de un capitalismo sin regulación estatal será siempre el monopolio, un fin autodestructivo y suicida, la muerte y desaparición total del capitalismo con el libre mercado como principal referente.

En realidad el mercado capitalista es como una pieza de relojería muy frágil y en extremo delicada donde existen fallos de mercado, colapsos económicos, disfunciónes en las reglas de mercado, oligopolios, y fraudes tipo esquemas de pirámides, células de la abundancia, esquemas Ponzi, etc., que lo hacen dependiente de la protección y la fiscalización jurídica de un estado. Para que exista capitalismo, este debe ser normado, regulado e impuesto por la fuerza de un estado y sus leyes deben estar orientadas a regular el comercio de las personas. No puede existir ningún capitalismo sin estado.

El anarcocapitalismo evidencia entonces una fea incoherencia al querer prescindir del estado pese a depender de el para la protección jurídica (y la imposición) de una idealizada libre competencia o competencia perfecta y la imposición de leyes antimonopolios, esa codependencia sado-masoquista entre capitalismo y estado evidencian un matrimonio disfuncional duradero para toda la vida cuyos vástagos no deseados serán: gobierno único, estado único, presidente mundial, leyes universales, religión única, verdades absolutas y definitivas, fuera los relativismos, las libertades y las diferencias... ciertamente una dictadura mundial es el fin último del capitalismo.

Es como cuando juegas al Monopolio o al Risk, es divertido mientras todos tienen oportunidades, pero cuando uno comienza a comprar todo y elimina a la competencia, sencillo, se acaba el juego...

Sin embargo, y haciendo gala de mi cinismo, opino que un monopolio mundial no estaría nada mal siempre y cuando sean los valores occidentales los que se impongan en el mundo entero. ¿Significa esto entonces la necesidad de resignificar el concepto de capitalismo o nos conviene mantener la mentira hasta que tengamos todo el poder y control?, un monopolio mundial que nos libre de la ignorancia religiosa de medio oriente sería ideal, luego casi con total seguridad tendríamos que hacer una revolución, tumbar el monopolio y dividirnos otra vez.