Las damas, las putas y el goce

sábado, 25 de mayo de 2013

Me considero un canalla a quien solo lo gobierna su deseo de gozar y un feminista cínico (al mas puro estilo de Henry Miller), de esos que apoyan la liberación sexual femenina justamente porque buscan sacar provechos y beneficios sexuales. Que la mujer se libere me permite disfrutar y saborear a plenitud de su sexualidad mas reprimida, jugosa, sucia y prohibida, soy un feminista cínico porque disfruto gozándolas y es que solo para eso estamos... para gozar, ser gozados y morir gozando.

Según Braunstein "El goce: un concepto psicoanalítico", la definición psicoanalítica del goce va adoptando un cariz anti-intuitivo. Entonces, a pesar de que el término es recogido del sentido común, en Lacan va adquiriendo poco a poco una significación peculiar. En el uso común goce y placer tienden a ser sinónimos pero en el psicoanálisis, los significados respectivos se diferencian: “en tanto hace del goce, ya sea un exceso intolerable del placer o una manifestación del cuerpo cercana al dolor y al sufrimiento”.

Pero es claro que la idea del goce como un exceso intolerable del placer se revela en el sentido común en expresiones como “morirse de risa”, “destornillarse de risa”; o en el caso de la sexualidad, está también la expresión francesa de la pequeña muerte para referirse al orgasmo. En el sentido común asoma pues la idea de un placer mortífero, intolerable, cuyo atravesamiento nos situaría en las puertas mismas de la locura o la muerte. O sea que la definición psicoanalítica va contra la ortodoxia del sentido común pero coincide con ciertas intuiciones que están ahí presentes. (El goce según Néstor Braunstein)

El canalla es la figura de quien se deja llevar únicamente por su goce. No hay límite ni ley que limite su pretensión de gozar. Si la realización de ese goce requiere de un uso destructivo del cuerpo ajeno, tenemos entonces el sadismo, que a los ojos de Sade, aparece como totalmente legítimo. Un individuo debería entregar su cuerpo si este darse produce goce en el otro. (El goce según Néstor Braunstein)

Independientemente de la diferencia entre el goce fálico y el goce del Otro (el cual sería otro tema a tratar), a grosso modo... la diferencia entre la dama y la puta es nula ya que ambas son mujeres y todas son iguales, no existen mujeres diferentes, únicas ni especiales aunque muchas se esfuercen en ser tratadas así, todas son mujeres y la cultura las marca como tales. Damas o putas mujeres al fin y al cabo son, objeto de disfrute fálico sexual de todos modos, que se desnude en una cama o se desnude en una tarima no cambia su posición cultural de simple objeto de deseo y satisfacción sexual, a la larga eso son para los hombres además de un vientre para la procreación y la transmisión genética, nada mas.

Las mujeres que piensen de forma similar respecto a los hombres tendrán una verdadera posición igualitaria en esta sociedad muy lejos de las aberrantes visiones moralistas de falsa dignidad femenina. Tanto los problemas de la mujer, por desconocidos, le son insignificantes para el hombre... como viceversa, (distintas formas de gozar crean severas distancias irreconciliables). Cada cual se dedicará a lo que su sexo lo condicione fisiológicamente porque a larga solo estamos aquí para aparearnos y nada mas.

En la antigüedad se consideraba puta a la mujer que realizaba el acto sexual de forma impúdica, es decir... sexo anal, fellatio, masturbación asistida, etc., además... la puta disfrutaba de su sexualidad, se excitaba, gemía, sentía orgasmos, tomaba parte activa en la relación sexual, hacía uso de posiciones sexuales "creativas" y residía en mancebías junto a otras putas.

La dama por el contrario hacía el acto sexual con dolor, lo hacía como un sacrificio en función de la procreación y como un acto divino de suma pureza y belleza sublime del Espíritu Santo, (una sobrevaloración ridícula y absurda de la reproducción humana).

La relación entre el goce y el placer se plantea claramente en el derecho. El contrato social exige regular el goce, ponerle barreras.

Hoy en día ya no hay mujeres que no disfruten su sexualidad al máximo y a menos que sean frígidas todas tiemblan, se desesperan, respiran agitadas, tienen queratosis y espasmos vaginales cuando sienten un orgasmo.

El concepto de mujer digna, sumisa y "OBEDIENTE" ha quedado relegado para los ignorantes que creen en el islam, la mujer occidental es libre, sincera, abierta y espontánea, con todas las visas para disfrutar su sexualidad y la sensualidad de sus cuerpos incluidos los orgasmos que deseen experimentar.

Las damas desaparecieron con las leyes católicas que exigían solo tener sexo en las épocas permitidas por los curas, hoy todas las mujeres son putas (viéndolo en retrospectiva según la vieja denominación de lo que era serlo), y que bien que lo sean, mientras mas putas mejor, es el mejor remedio contra la histeria.

Que se desnude una puta en una tarima no convierte a las que la critican en damas o santas, a menos claro que solo hagan el divino amor en posición "misionero" tapadas con una sábana provista de un hueco (para la penetración), los días domingos, antes de ir a misa, antes de confesarse, luego de rezar el rosario tres veces y esperando que el marido termine el acto antes de sentir el pecaminoso y diabólico orgasmo (emulando la inmaculada concepción de la Virgen María), solo el dolor y el sublime sacrificio es para la dama como el placer y la decadente vulgaridad es para la puta.

Ergo, que una puta hable mal de otra puta... ¡es ridículo!, quizá puedan haber una mas putas que otras, y para los aficionados al buen sexo como yo, mientras mas putas sean mejor.


Conclusión:

El gran dilema entre la dama y la puta solo denota fijaciones en etapa fálica, un edipo mal resuelto, una dama como proyección materna y una puta como la otra "entrometida" que nunca reemplazará a la madre, la madre siempre será esa dama idealizada, inalcanzable... que la amante, esposa, pareja, etc., estará siempre en la obligación de reemplazar o al menos emular, lamentablemente nunca lo logrará pues siempre será una puta en comparación a la madre de su marido.

El gran problema del maltrato familiar se da justo por este motivo, cuando un hombre golpea a la mujer por ser una puta, en realidad la golpea por "NO SER COMO SU MADRE", santa, idealizada, inalcanzable, perfecta... "PROHIBIDA".

Una vez recuperado el "objeto a" y llenada la falta como un patético auto engaño (amor), el enamoramiento durará lo que el objeto a se demore en caer de nuevo, cuando la fantasía sea develada y la mujer no pueda seguir manteniendo la farsa, el marido psicótico descubrirá que esa mujer no es su madre y comenzará el maltrato físico, psicológico y verbal (mentirosa, falsa, farsante, puta), el cual se dará repetidamente hasta que ella aprenda a comportarse como su madre, una especie de condicionamiento aversivo (de esos que tanto les gusta a los conductistas).

Cabe recordar que el acto sexual en un psicótico de este tipo solo es posible en la medida en que la madre sea adecuadamente proyectada en algún recipiente femenino que lo reciba con suficiencia, sino... ocurre la impotencia y por ende mas golpes, el marido culpa a la mujer por no esforzarse en parecerse a su madre y eso le causa la impotencia que el juzga como "provocada".

Los absurdos conceptos de dama y puta solo denotan esquizofrenia... ¿pero que podemos hacer si vivimos en una sociedad esquizofrénica?.


H= Hijo
M= Madre
a= Objeto a







Fuentes y links de referencia:

Goce - diccionario de psicoanálisis
Objeto a - diccionario de psicoanálisis
Nombre del padre - diccionario de psicoanálisis
El goce como concepto eje del psicoanálisis